domingo, 25 de agosto de 2013

sin título pero contigo

Des-hacer.
Besos a medias
ensimismada en ti
tu aqui-yo asi;
mordiendo la linea fina que
separa la locura y la razon
            ven, que nos vamos
antes de que te tengas que ir.

miércoles, 21 de agosto de 2013

+-

Siempre pensé en nosotros como cargas opuestas. Pasión y muerte. 
Nunca había creído en nada ni en nadie hasta que te conocí. Encontraste cada punto débil en mi y lo presionaste hasta ue no pude dar mas. 
Sin embargo... siempre me ha apasionado la pasión y a ti te apasiona la muerte...
pero el punto mas alto de la pasión es lo mas cercano a la muerte que conozco.


Por eso, aunque violentes mi esencia, sigo aquí

enamorada

El problema es que nunca dejaba su trabajo a un lado. La locura de sus pacientes, había desatado cierta locura en ella. Se había enamorado de todos y cada uno de ellos. La oscuridad de sus mentes era lo que la seducía. Una especie de erotismo llenaba su ser con cada palabra, cada silencio. Podría decir que no necesitaba que nadie la tocase, ni siquiera una mirada. Claro, enamorándose de ese espécimen controlador que tanto la apasionaba, la mente.

entrelaza-dos

Por estar perdida en tu mirada encontré el camino al cielo.
                                   Sentí.
Sentí tus manos perderse en ruta a mi espalda. Besé hasta el lunar
que ni tú sabías que tomaba espacio en tu piel y morí.
     ¡Morir!  -un último suspiro-     ¡Ahí!  ¡Morir aquí!
                           ¡Morir aún - más!
Hecha tuya y hecha un nosotros. Solo por ahora, por aquel momento.
Sin prisa sales de mi y vuelves a hacerte tú y vuelvo a ser solo yo.
   Entrelazados aún, recupero el aliento, besas mis ojos por una
última vez. Entrelazados aún, sentí.

aquí

    Estando ahí, frente al espejo, me hice cargo de las últimas greñas rebeldes que desobedecían mi peinado. Tomé el último sorbo que quedaba del café, que estaba tan frío que pude sentir como se me congelaba el paladar. Me retoqué el 'lipstick' y me marché. Cuando llegué al hospital, tomé el paraguas negro para evitar mojarme. Llegué a su cuarto, respiré hondo y entré. Ella no está. No está aquí. ¿Dónde pudo haberse metido? ¿Dónde está la seguridad aquí? ¿No qué es éste uno de los mejores hospitales psiquiátricos de la ciudad?
          Y se cierra la puerta. Se cierra la puerta y yo aquí. Solo veo un resplandor que entra por la ventanilla que está en ella. Se mueve la cama, se remenea. Y yo aquí. Unas manos heladas me tocan las piernas, me rasgan la piel. ¡Y estoy sola aquí! ¡Aquí! Debe ser que no me escuchan gritar. Me han dejado sin ropa, sin piel, sin voz. Sigo sola aquí. Ni tanto. Es ella. Se había escondido debajo de la cama y ahora esta aquí frente a mi. Sus ojos oscuros y un tanto perdidos encuentran mi mirada. Me encuentro. Es ella y soy yo. Somos.

          Se escuchan unos pasos. Debe ser una enfermera.
"Doctor, Laura entró en otra crisis. Estaba en el patio tranquila...Si, hasta estuvo un rato mirando la fuente.  Mírela, está bañada en sangre" dijo, cuando la vi asomarse por la ventanilla "...siempre se aruña cuando le pasan estas cosas. Claro, claro...cuando pare de gritar entraré a inyectarle el calmante."